El poder del perd?n en tiempos de Navidad

Publicado por Emiliano Madero - 2024-12-24
La Navidad siempre ha tenido algo especial. Es como si el mundo, a pesar de todo el caos, encontrara un momento para detenerse y respirar. Pero también es cierto que esta época tiene una forma de remover cosas en nosotros: recuerdos, emociones y, a veces, hasta heridas que creíamos olvidadas. Y es ahí donde entra el perdón, ese tema tan difícil pero tan necesario que, aunque suene cliché, tiene el poder de cambiarlo todo.
¿Te has dado cuenta de lo pesado que puede ser cargar con resentimientos? Muchas veces ni siquiera lo notamos, pero ahí están, acumulándose poco a poco. Tal vez fue una palabra que alguien dijo en el momento menos indicado, una traición que no esperabas o incluso un malentendido que nunca se aclaró. Y aunque intentemos ignorarlo, esas cosas se quedan, como una piedra en el zapato que no nos deja caminar tranquilos.
El perdón no es fácil, lo sé. A veces se siente como si al perdonar estuviéramos diciendo que lo que nos hicieron está bien, pero no es así. Perdonar no significa justificar ni olvidar; significa soltar. Soltar ese peso que llevamos para poder seguir adelante. Es más para ti que para la otra persona, porque al final, el resentimiento solo te encierra en una prisión que tú mismo construyes.
En estas fechas, cuando el mundo parece invitarte a conectar y a reflexionar, puede ser un buen momento para pensar en eso. ¿A quién necesitas perdonar? Puede ser alguien más, pero también puede que necesites perdonarte a ti mismo. Todos hemos cometido errores, hemos tomado decisiones que ahora desearíamos cambiar. Pero si seguimos castigándonos por lo que no podemos deshacer, nunca vamos a avanzar.
La Navidad es un recordatorio de lo que realmente importa: la familia, los amigos, las conexiones humanas. Y aunque no siempre sea fácil, el perdón es parte de eso. No es algo que suceda de la noche a la mañana, pero es un paso. Quizá un mensaje, una llamada o incluso un simple pensamiento de "está bien, suelto esto", puede ser el inicio de algo más grande.
Perdonar no significa volver a ser como antes con alguien que te lastimó, pero sí significa dejar de cargar esa herida. No lo haces por ellos, lo haces por ti, para liberarte, para hacer espacio en tu corazón para lo que realmente vale la pena.
Así que esta Navidad, mientras decoras el árbol, escuchas canciones que te llenan de nostalgia o compartes una comida con tus seres queridos, pregúntate: ¿qué necesito soltar? ¿A quién puedo darle el regalo del perdón? Y, lo más importante, ¿cómo puedo regalarme eso a mí mismo?
El perdón no cambia el pasado, pero tiene un poder increíble para transformar el presente. Y al final, ¿no es de eso de lo que se trata esta época? De encontrar luz en medio de la oscuridad, de abrir nuestro corazón y dejar entrar lo bueno. Esta Navidad, tal vez el mejor regalo que puedas dar —y darte— sea ese: el de perdonar y seguir adelante.