Sanando las Heridas al rechazo

Publicado por Jorge Rendon - 2017-12-08
Uno de los más grandes miedos que experimentamos los seres humanos es el miedo al rechazo. Vamos creando significado sobre nuestro valor en base a incidentes en los que hemos sido rechazados. Entonces esos significados pueden ayudar a modelar nuestra propia imagen. Es muy fácil creer que cuando alguien te rechaza, ya sea en el amor, en una amistad, en la familia, en el trabajo o en algún otro lugar, pensamos que hay algo mal en nosotros. Cualquiera puede ser rechazado, sin importar quién sea. Si alguien te rechaza, no disminuye tu valor innato porque no afecta tu alma. Podrá afectar tu ego, a quien le gusta culpar y hacerte sentir como una víctima. Pero tu alma permanece perfecta e intacta. La esencia de quien realmente eres, tu esencia, no cambia ni tampoco tu valor. Lo importante son las decisiones que tomamos cada día en nuestras vidas.
Cuando internalizamos el rechazo, permitimos que las acciones y opiniones de alguien más modele cómo nos sentimos. Entonces nos imaginamos o creemos que la persona que nos rechazó es mejor que nosotros. Por lo tanto, empezamos en ocasiones a creer que no somos valiosos. Sin embargo, aquéllas personas que nos rechazaron quizá tengan sus razones para hacerlo. Pero esas razones no tienen que ver contigo específicamente, y no tendrían que significar nada para ti como persona. De hecho, los significados que creaste sobre ti mismo en base al rechazo no son ciertos.
En ocasiones, cuando recuerdo cada rechazo que he tenido en mi vida, cada uno me llevó a una dirección diferente y me llevó a mi camino espiritual.
Cada rechazo fue como una corrección. Cuando me salía del camino de lo que realmente anhelaba, el rechazo fue de alguna forma la mejor forma de mostrarme el camino para mí. Todos tenemos en nuestra vida cosas que nos han sucedido y que no nos hacen sentir bien con nosotros mismos. Pero la diferencia entre una persona feliz y sana y una persona que se siente miserable y amargada consiste en que la gente feliz no internaliza ni da significado a sí misma en base a un rechazo en particular. Es mejor considerar el rechazo como una oportunidad de que algo más, mucho mejor, está esperándonos “en un abrir y cerrar de ojos”.
Trata de resistir la tentación de culpar o de odiar a las personas que te han rechazado, incluso si no fueron amables contigo, mejor encuentra la forma de desearles un bien. Quizá no te percates en ese momento, pero esa persona está actuando como un “ángel disfrazado”, llevándote hacia la dirección correcta y re direccionando tú camino. Sería mejor verlo como un redireccionamiento divino. Confía. ¡Mereces lo mejor!