Amarte

Publicado por Ma. Fernanda Torres - 2022-10-24
Odio mi nariz, esa misma que comparto con mi papá y que ha sido heredada generación tras generación, siendo un cacho del pasado que siempre tiene presente y que también tendrá futuro.
Odio mi risa, esa misma que alegra a los demás a mi alrededor, por su peculiar sonido que causa revuelo y alegría ante las personas que la escuchan.
Odio la forma en la que la comisura de mi labio forma un hoyuelo en el lado derecho de mi mejilla, ese mismo que se le forma a mi mamá pero solo esas veces que sonríes tanto que empieza a doler.
Odio la comisura que se forma en medio de mi frente en forma de V esa misma que mi mamá observo cuando conoció a mi papá y se dijo a sí misma “que bonito pliegue, me gustaría tenerlo”.
Odio mi sonrisa, esa misma que no puedo contener cuando veo a las personas que quiero y que inevitablemente contagio a mis seres queridos cuando nos vemos.
Odio mi pelo rizado, ese mismo que comparto con mi hermana, el que mi abuela nos heredo y que cuando nos veía siempre se alegraba porque alguien más aparte de ella portaba su pelo tan peculiar y resáltate.
Odio la forma en la que mi voz suena, esa misma que me permite expresar todos los sentimientos que tengo dentro de mí, que me permite comunicarme y expresar mi cariño a las personas que amo.
Odio la persona que soy, porque soy algo mucho más maravilloso que de lo que se ve a simple vista.
Ahora cambia el “odio” por “amo” y vuélvelo a leer.
Es muy fácil verme y criticar cada aspecto que me compone, pero cuando uno toma un paso hacia atrás y ve un panorama más amplio, entonces nos daremos cuenta que todo lo que somos viene de alguien o es producto de algo maravilloso.